LA VICALVARADA Y EL BIENIO PROGRESISTA
(1854-1856)
A comienzos de 1854 las Cortes habían sido suspendidas y el gobierno actuaba de forma autoritaria. Los escándalos financieros y de corrupción de los gobiernos moderados incrementaron el descontento social. El último gobierno moderado del conde San Luís pretendió suspender las sesiones del Senado después de una votación adversa. En junio de 1854 una parte del ejercito encabezada por el general moderado O’ Donnell se pronunció en Vicálvaro, enfrentándose a las tropas del gobierno. Su fracaso hizo que O’ Donnell se retirara a Andalucía. En Manzanares se le unió el general progresista Serrano y ambos decidieron lanzar al país un manifiesto redactado por Cánovas del Castillo, El Manifiesto de Manzanares (6 de julio) que contenía promesas progresistas como convocatoria de Cortes, ampliación del derecho al voto y descentralización. Casi todo el país se unió a la insurrección, el gobierno se vio obligado a dimitir y la reina entregó el poder a Espartero que había vuelto del exilio y a O´Donnell como ministro de la guerra. La Viacalvarada permitió la vuelta al poder de los progresistas de 1854 a 1856. Progresistas y unionistas gobernaron conjuntamente. La Unión Liberal era una nueva fuerza política liderada por O’ Donnell, era un partido de centro que pretendía recoger lo mejor de los moderados y los progresistas, y contaba con el apoyo de la burguesía y terratenientes, entre sus militantes destacaban Cánovas del Castillo.
PRINCIPALES MEDIDAS DE ESTE BIENIO
· La Constitución de 1856: de ideología progresista, denominada non nata porque no entró en vigor debido a que la reina se negó a sancionarla. Establecía la soberanía nacional y limitaba el poder de la Corona, unas Cortes con mayor autonomía, además el Senado sería elegido por el pueblo al igual que los alcaldes. Se establecía la libertad religiosa, y la Milicia Nacional.
· Ley de desamortización (mayo de 1855) de Pascual Madoz: afectaba a los bienes eclesiásticos, no vendidos en la etapa anterior y a los bienes de los municipios. El Estado pretendía reducir la deuda pública y conseguir ingresos para financiar la construcción del ferrocarril.
· Ley General de Ferrocarriles (1855): el Estado se convertía en principal impulsor de la construcción del ferrocarril, garantizando las inversiones extranjeras y subvencionando un tercio de su construcción.
· Ley de Bancos y Sociedades de Crédito (1855): pretendía crear una organización bancaria moderada y canalizar por inversiones extranjeras.
Pronto surgieron enfrentamientos entre Espartero y O’Donnell. En 1855 aumentaron los precios de los productos básicos agrícolas, se produjo la primera huelga general en Barcelona en 1855. Espartero se vio obligado a dimitir y la reina encargó formar gobierno a O’Donnell.

EL GOBIERNO DE LA UNIÓN LIBERAL Y LA VUELTA AL MODERANTISMO (1856-1868)
O’Donnell asumió la presidencia del gobierno y repuso la Constitución de 1845 con un acta adicional que reconocía algunos principios progresistas, lo que motivó su destitución por la reina que confió el gobierno a Narváez. Los moderados se mantuvieron en el poder durante dos años: El Bienio Moderado (1856-1858). De su obra legislativa destaca la Ley de Instrucción Pública (1857) redactada por Claudio Moyano, que intentaba disminuir los bajos niveles educativos de la población española.
En 1858 las disputas entre los moderados favorecen la vuelta al poder de O’Donnell, comenzando y periodo que se conoce como el Gobierno Largo de O’Donnell (1858-1863). Se intentó reconstruir un imperio colonial con una agresiva política exterior. La primera intervención militar se realizó en 1858 en Indochina, fue una expedición de castigo por el asesinato de misioneros españoles. En 1859 España declaró la guerra a Marruecos a causa de unos incidentes fronterizos cerca de Ceuta. En 1860 se firmaba la Paz de Tetuán, Marruecos pagaba una indemnización de 400 millones de reales y reconocía el derecho de España a ocupar Ifni. Con todas estas campañas el gobierno español quería despertar el espíritu patriótico español pero lo único que se consiguió fue desgastar la figura de O’Donnell.
CRISIS FINAL DEL REINADO
Entre 1863 y 1868 se produjo la crisis final del reinado. Las divisiones dentro de la Unión Liberal llevaron a O’Donnell a presentar su dimisión, comenzó una sucesión de gobiernos inestables presididos por el mismo y Narváez. La crisis política y económica de los últimos años del reinado de Isabel II se manifestó en estos hechos:
·Noche de San Daniel 1865: el catedrático de La Universidad de Madrid Emilio Castelar escribió un artículo donde criticaba a la reina por no ceder su patrimonio para reducir la deuda del Estado. Castelar y otros profesores fueron expulsados de la universidad por el gobierno. La policía disparó contra los estudiantes que en manifestación apoyaron al rector destituido. Narváez fue destituido y la reina nombró a O’Donnell.

·Sublevación del Cuartel de San Gil (junio de 1866): planeado por los progresistas.
·Pacto de Ostende (agosto de 1866): progresistas, demócratas y republicanos llegan a un acuerdo para destronar a Isabel II y convocar elecciones a Cortes constituyentes por sufragio universal.
·Crisis financiera y económica: en 1864 quebraron las compañías ferroviarias debido a la escasa rentabilidad de las líneas de ferrocarril. La industria textil acusó la falta de algodón provocada por la Guerra de Secesión estadounidense. En 1868 el alza de precios agrícolas, falta de bienes básicos y paro eran el germen propicio para un estallido revolucionario. La revolución se desarrolló en septiembre de 1868 y es conocida como la Gloriosa. Los líderes de la revolución fueron: Prim, Sagasta, y Ruiz Zorrilla. El almirante Juan Bautista Topete se sublevó en Cádiz. Derrotadas las tropas del gobierno el 28 de septiembre en Alcolea, Isabel II se exiliaba a Francia.
EL GOBIERNO DE ISABEL II EN CASTILLA LA MANCHA
Con la llegada al trono de Isabel II comenzó la primera Guerra Carlista iniciada en Talavera de la Reina en octubre de 1833, los carlistas realizaron incursiones en La Mancha y los Montes de Toledo, sin embargo, la amenaza más seria provino de las tropas del general carlista Cabrera que desde las bases del Maestrazgo amenazó Guadalajara, Cuenca y Albacete. Pero en Castilla la mancha los carlistas no obtuvieron éxito. La reforma administrativa de Javier de Burgos hizo que esta región recibiera el nombre de Castilla La Nueva, integrada por: Madrid, Toledo, Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real y Albacete (ligado a Murcia). El ascenso al poder de Espartero en 1840 su caída en 1843, la revolución de 1854… señalan cierta actitud de retraimiento y aceptación de los hechos consumados entre los castellano-manchegos.