Es una obra escrita por el pensador José Ortega y Gasset en 1925, en la que el autor desarrolla el análisis y el concepto del pensamiento estético español y del arte nuevo, de vanguardia. Escribe este ensayo estético desde una perspectiva bastante social. Con un estilo cercano al lenguaje periodístico, Ortega expone sus planteamientos con fundamentado sin ser inaccesible a un lector medio.

Este arte no va dirigido a las masas sino a una minoría que lo apreciará porque tenga educada la sensibilidad estética. Ortega y Gasset subraya que este arte es impopular, ya que no está de acuerdo con los gustos y no se entiende por la mayoría; pero también antipopular, puesto que la mayoría de la gente no entienda este arte se ejerce a conciencia, por el hecho de que sus creadores no tuvieran como objetivo agradar un mayor público.

Este arte rompía la estética tradicional de querer emocionar, hacer sentir al público… Para, por el contrario, transmitir ideas, estilos o voluntades que transcienden de sus actos cotidianos.

Cuando Ortega califica al arte nuevo como “deshumanizado” no debemos entenderlo como una valoración negativa sino todo lo contrario: el arte actual deja de complacerse en lo humano, demasiado humano, para crear un propio lenguaje y sublimar lo cotidiano. No es solo inhumano, sino que consiste activamente en romper su aspecto humano, en deshumanizar. El artista nuevo empieza donde acaba el hombre y, por lo tanto, la deshumanización del arte empieza donde acaba lo humano.

Al sentirse repelido por lo humano, se siente repelido por la realidad misma, utilizando la metáfora como herramienta para alejarse de esta.

Preguntas frecuentes para practicar